#PedroMartínez es elegido para el Salón de la Fama del béisbol
martes, enero 6
Impulsado por una creencia inquebrantable en su talento que desafiaba el sentido común dado su corta estatura y su físico escuálido, Martínez salió de los campos de prueba de laboratorio del béisbol silvestre en la República Dominicana y el sistema de los Dodgers como un sobreviviente en una misión.
Después de un rápido progreso en las ligas menores, Martínez nunca admitió ser cambiado a los Expos porque los Dodgers habían decidido que su cuerpo era frágil y que nunca sobresaldría como abridor.
Eso era todo el combustible necesario para Martínez poner en marcha una carrera que ha dejado una huella que muy pocos pueden olvidar y muchos menos se acercarán a igualar.
Tres Cy Youngs, el primero con los Expos en 1997 y luego dos más con los Medias Rojas en 1999 y 2000, sólo eran las cerezas en en el tope de una larga y en su mayoría saludables 18 temporadas en las que Martínez logró establecer marcas de una sola temporada y de carrera (conseguidas durante era de esteroides en el béisbol, que conste) que deben resistir el paso del tiempo.
Los que lo vieron en su mejor momento en Montreal en 1996 y 1997, y luego con los Medias Rojas de 1998 hasta 2002 (menos su plagada de lesiones y mala temporada de 2001), fueron testigos de la brillantez del béisbol con una bola rápida que podía colocar en cualquier lugar que quería, un cambio de velocidad que indujo swings agitados y una curva rompiendo en las rodillas.
Su talento y la determinación de toda la vida para sobresalir crearon un potente brebaje.
“En realidad, nunca quería salir de un juego”, dijo ayer el ex manager de los Medias Rojas, Jimy Williams. “Yo iba a la lomita y él siempre decía que estaba bien. Él nunca dijo: ‘Ya he tenido suficiente’. Él siempre quería terminar lo que comenzaba. Si él va al Salón de la Fama, si eso sucede, entonces eso significa que él acabó lo que comenzó”.
Bajo la tutela reflexivo y paternal de su manager compatriota Felipe Alou en Montreal, Martínez aprendió a aprovechar una bola rápida errático que estuvo creando peleas y luchas con bateadores opuestos porque el derecho se negó a dejar de tirar en la mitad interna del plato. En 1997, el trabajo y el aprendizaje sd juntaron, y él sacó de una temporada de 17-8 que incluyó una liderato de efectividad de la liga de 1.90, 13 juegos completos, 305 ponches en 241.1 innings y un WHIP de 0.93. Martínez rompió una cadena de seis años de Cy Young dominada por el trío de Tom Glavine, Greg Maddux y John Smoltz.
Los Expos no podían mantenerlo, por lo que lo cambiaron a los Medias Rojas a la edad no muy madura de 26 años.
Estaba a un año de la agencia libre y quería esperar por ella, pero los Medias Rojas cambiaron de opinión al darle el mayor acuerdo de la historia para un jugador de béisbol, seis años más una opción por un total de $ 75 millones.
El estatuto como record de ese pacto fue de corta duración, pero la llegada de Martínez anunció un cambio fundamental para una franquicia ávida de un campeonato del mundo desde 1918.
Por Agencias de noticias
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario