En la Republica Dominicana tiene que llegar la hora en que sean castigados judicialmente los padres y tutores por cuyo descuido e irresponsabilidad mueren o resultan lesionados niños y niñas suyos en accidentes domésticos y sucesos evitables.
Con frecuencia somos informados por los medios de comunicación, por vecinos o relacionados de infantes que mueren ahogados en balnearios, piscinas, piletas y cubetas, calcinados por incendios o atropellados por vehículos.
Eso es una barbaridad. Llora ante la presencia de Dios.
Lógicamente, es por descuido e irresponsabilidad de sus padres o tutores, y por lo tanto los responsables de tales tragedias merecen ser imputados de homicidio involuntario.
No son pocos los casos de madres, sobre todo, y lamentablemente, que dejan a sus hijos pequeños encerrados con candado y velas encendidas para irse a comprar alimentos o de fiesta y se producen fuegos que terminan con sus inocentes vidas.
Esas madres, independiente de su pena por la tragedia, deben ser enjuiciadas.
Lo mismo con los padres y tutores por cuyo descuido, inobservancia o negligencia mueren niños ahogados en cubetas caseras y en balnearios.
Todas esas vidas merecen protección, y la ley, la sociedad y el Estado tienen que velar porque esa protección sea real y efectiva. F/proceso.com.do
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