El lío de las tallas: ¿cómo compran su ropa las mujeres inmigrantes?

lunes, septiembre 20


¿Qué talla tengo en realidad? Es la pregunta por excelencia que se plantean muchos ciudadanos al fi nalizar una jornada de compras. Pero no termina simplemente en un interrogante, ya que la falta de unifi cación en las tallas de ropa está provocando consecuencias psicológicas en los consumidores. Así lo demuestra el barómetro realizado desde la Federación Española de Asociaciones de Ayuda y Lucha contra la Anorexia y la Bulimia. Más de la mitad de los encuestados dicen sentirse culpables por no poder comprarse la talla de ropa que creían que usaban, y el 44% se plantea hacer dieta, aumentando el riesgo de sufrir un trastorno de la conducta alimentaria. El 81% de ellos son mujeres. “Entras en una talla y vas a la tienda de al lado y esa talla no te cabe. Eso te confunde y ya dudas de si te sobran kilos”, cuenta a Sí Carolina Flores, de República Dominicana. La joven reconoce que alguna vez ha “tonteado” con la comida porque no le valía una talla.

“Ya lo tengo asumido. Al principio te puede afectar pero ahora sé que se equivocan. Ayer mismo me fui a comprar una chaqueta de la talla L y me quedaba corta de brazos. Me cabrea pero me doy la vuelta y me marcho”, asegura Jennifer Azad, que llegó a España hace diez años. En 2008, el Ministerio de Sanidad publicó un estudio que dividía en tres tipos los cuerpos de la mujer española: diábolo, campana y cilindro. Pero, ¿qué pasa con la constitución de los cuerpos de los inmigrantes? “A mí me quedan grandes los pantalones de cintura”, asegura a Sí la ecuatoriana Ruth Abadía, de 58 años. “No somos iguales: la boliviana no tiene culo, la dominicana tiene mucho pompis y nosotras somos más bajitas. Siempre me tengo que meter los pantalones porque son largos”, dice la peruana Doris Vega.

f/sisepuede.es

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