Sólo “bulto”

por Luis Encarnación Pimentel
San José de Ocoa, mi provincia, pese a ser rica en tierras de vocación agrícola y pródiga en el recurso agua, está preñada de carencias y de necesidades… y de que la allanten con promesas o con “bultos”, como el del arreglo de su carretera principal, con los que funcionarios de varias instituciones sólo buscan llenarle los ojos o quedar bien con el jefe del Estado, que termina siendo el primer engañado o relajado por los que no cumplen. Al margen de los apartamentos que inauguró el jueves el presidente Fernández, del trabajo en el puente con fondos europeos y del mercado del Inespre, en Ocoa está todo por hacer o por arreglar.

Por eso –y aun cuando creemos que el periodista debe ser portavoz, no protagonista de la noticia-, los “estrujones” que miembros de la avanzada presidencial le dieron a un comunicador local por protestar y demandar, además de reprochables y violatorios de libertades y derechos, fueron innecesarios e inmerecidos, por cuanto lo dicho y reclamado se quedaba corto frente a la realidad. Y es que, amigo Presidente, en mi pueblo, al que voy todas las semana, sólo se está haciendo cuento, cuento… pero no hay un camino o tramo carretero que sirva (la carretera Ocoa-Constanza, entre muchas otras vías, es un desastre, da pena), mientras duró poco el entusiasmo por unos equipos contratados por el aspirante a senador Carlos Castillo en ocasión de la campaña política en pié, porque fueron retirados sin que se hiciera el trabajo.

Ojalá volvieran y se hiciera algo en serio y completo. Por cierto, si el sector oficial no lo ha hecho –ni lo hace- ¿por qué el senador Alegría no se juega un numerito adicional con los ocoeños arreglándole algunos de los muchos caminos y carreteras inservibles?. Un dato: A propósito de la campaña, lo aprobado por el órgano superior del PLD era lo que la base del partido en Ocoa quería, que se mida la simpatía de los aspirantes y no se designe de dedo. Pese a algunos miedos, eso es lo que va, con propios y algunos aliados.

La decisión, sabia y democrática, por lo pronto alienta a la gente de Homero Cabral, que luce un hueso duro a lo interno, al tiempo que abre las posibilidades a otros aspirantes, tanto en el casco ocoeño como en Sabana Larga. ¡Hay más!