Utilizan la piedra pómez como testigo del tiempo

martes, julio 1


Un químico de la Universidad Tecnológica de Viena (Austria) ha demostrado cómo las huellas químicas de las erupciones volcánicas y los numerosos hallazgos en las excavaciones arqueológicas de fragmentos de pumita, conocida también como piedra pómez, sirven para ilustrar las relaciones entre las civilizaciones avanzadas individuales del Mediterráneo oriental. Gracias a las pruebas que ha realizado y al origen de las muestras de pumita correspondientes a grandes erupciones volcánicas ha sido posible redefinir un fragmento de la historia del segundo milenio antes de Cristo.

Durante la Edad de Bronce, entre los años 3000 y 1000 A.C., el Mediterráneo ya estaba intensamente poblado. Cada cultura individual, como los egipcios, los sirios, o la cultura minoica de Santorini, cuenta en la mayor parte de los casos con una cronología rigurosamente investigada. No obstante, la conexión entre esas culturas a menudo está ausente en su mayor parte, debido a que habitualmente no existe correspondencia o intercambios que se hayan producido, que se hayan conservado, o que sean comprensibles. La dificultad es todavía mayor para sincronizar las culturas individuales entre sí.

Un programa de investigación internacional del Austrian Science Fund (FWF), denominado "SCIEM2000", está abriendo ahora nuevas perspectivas en este campo. Un equipo de investigación del Instituto Anatómico de las Universidades Austríacas, bajo el liderazgo del profesor Max Bichler, trabaja en la identificación de rocas volcánicas procedentes de excavaciones arqueológicas.

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