Las americanas son más propensas a borrarse los tatuajes

sábado, julio 26


Los tatuajes se han hecho muy populares entre los jóvenes estadounidenses, pero las mujeres son más proclives que los hombres a arrepentirse e intentar quitárselos, de acuerdo con un equipo de investigadores.


Casi un cuarto de los estadounidenses de entre 18 y 30 años tiene al menos un tatuaje, y se prevé que esta cifra crezca un 40 por ciento en los próximos años, según los científicos.

A pesar de la gran cantidad de clientes satisfechos - aproximadamente un 80 por ciento está conforme - algunos están tan descontentos que se someten a un tratamiento de láser para borrarlos. Alrededor del seis por ciento de los clientes termina recurriendo a este tipo de procedimiento.

Un equipo liderado por Myrna Armstrong, de la Texas Tech University, recorrió clínicas en las que se hacían estos tratamientos en los estados de Arizona, Colorado, Massachusetts y Texas, para analizar quiénes querían deshacerse de sus tatuajes y por qué.

Casi dos tercios de los clientes eran mujeres. Muchas de ellas dijeron haber sentido vergüenza o recibido comentarios negativos por sus tatuajes o tener problemas a la hora de elegir ropa que los escondiera.

Hace una década, según los investigadores, un estudio demostró que había más hombres que mujeres dispuestos a borrarse los dibujos en la piel.

"En estos días no puedes ir a una boda en la que alguna dama de honor no tenga un tatuaje en el cuello. Pero aún hay muchas personas en nuestra sociedad que tienen problemas con eso. Así que cualquiera que se hace un tatuaje asume un riesgo social", explicó Armstrong en una entrevista telefónica.

Las mujeres del estudio, publicado en la revista Archives of Dermatology, dijeron que estaban contentas con sus tatuajes en el momento de hacérselos, pero que habían cambiado de opinión pocos años después. Se calcula que la mitad de las personas que se tatúan son mujeres.

Las personas del estudio habían pasado por las manos de los tatuadores cuando tenían unos 20 años y se los habían quitado en torno a los 30.

Pero quitarse un tatuaje no es sencillo, advirtió Armstrong. Para borrarlo se hacen varios tratamientos de láser, que los pacientes describen como recibir latigazos con una banda de goma o como sentir grasa caliente en la piel. Algunos diseños resisten este procedimiento aunque se realice varias veces.

Para aquellos que no están preparados a comprometerse con un tatuaje de por vida, la científica recordó que existe un tipo de tinta que puede borrarse con más facilidad.


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