OPINIÓN: Estadísticas y educación

lunes, agosto 3

Las estadísticas y las encuestas son los más usados instrumentos modernos para medir casi todo. Desde la percepción sobre la eficiencia de una gestión, la utilización correcta o incorrecta de los recursos de un ministerio o empresa, hasta la imagen de una figura en la conciencia colectiva e incluso de un país ante el concierto de naciones. Para todo se usan y, lógicamente, dependiendo quien las pague tendrán crédito o no: serán alabadas con fervor o criticadas con rigor. Al respecto, la pasada semana se dieron a conocer unos datos que han revoloteado las avispas. Y no es para menos. Primero, porque provienen de organismos internacionales de entero crédito y, segundo, por quien suministró la información. El ministro de Economía, Planificación y Desarrollo, Juan Temístocles Montás, declaró que el país ocupa “el lugar 146 en una lista de 148 países con peor calidad en la educación”, apareciendo el país en “el peor de los lugares cuando se compara con diferentes países de América Latina, tanto en lectura como en matemática, entre los que ocupa la última posición”. Estas declaraciones sorprenden por varias razones. Una es por quien las da, alguien que ha estado en el centro del poder por más de una década y en el puesto de “Planificación y Desarrollo”, habría que preguntarse qué ha hecho el Ministerio que dirige al respecto. Pero también por la respuesta del ministro de Educación, Carlos Amarante Baret, quien dijo que esto se debe a la falta de preparación de los docentes dominicanos. Sacándole el cuerpo a la responsabilidad de su ministerio, argumentando que son las universidades del país las culpables de las deficiencias del sistema de educación nacional. Pero, qué ha hecho ese Ministerio por ayudar en la formación de los maestros, en facilitarles cursos, diplomados, posgrados o maestrías. Cuál es su programa de becas al respecto y si tiene algún tipo de política de incentivos salariales. Tiene el Ministerio de Educación acuerdos con las universidades para intentar elevar el nivel académico que critica? Cuenta el país con una filosofía educativa nacional, ¿cuáles son sus bases o principios? ¿Cuáles son los planes del Ministerio para colocar en el centro del proceso enseñanza aprendizaje a la tecnología?, entre otras posibles preguntas. Además, en ese aparente círculo vicioso, las universidades reciben lo que el sistema de educación les envía: bachilleres con múltiples carencias. ¿Pretende el ministro que les den en cuatro o cinco años que dura una carrera universitaria la formación que no recibieron en doce años de educación bajo el amparo del ministerio que él dirige? Luego, el ministro informa que “al finalizar este año el Gobierno dominicano tiene como meta llegar a 15 mil nuevas aulas y aumentar la matrícula estudiantil de tanda extendida”. Es decir, no hay formación en las aulas, según el ministro porque los profesores son “malos”, pero él prefiere invertir en infraestructura, esa es su respuesta para ayudar a resolver este gigantesco y fundamental problema nacional: más aulas. La educación, la innovación, la creación de oportunidades, la generación de empleos y la incorporación al mercado laboral de la juventud, será fundamental para disminuir las tasas de pobreza, marginalidad, violencia y desigualdad que nos arropa. Y, como de algún lugar debemos partir para poder avanzar, el respeto a la institucionalidad y el fortalecimiento de la calidad de nuestra educación deben ser el inicio. De ahí la importancia de los datos estadísticos ofrecidos por el ministro de Planificación y Desarrollo, para saber dónde estamos realmente y tener conciencia de que en la carrera hacia el desarrollo partimos detrás del último, pero debemos emprenderla con una agenda nacional en la cual participen todas las fuerzas vivas del país. ¡Ahh, la vida! Por Néstor Arroyo Abogado

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