Santo Domingo.- El pasado 20 de octubre, el Concurso de Arte Eduardo León Jimenes presentó las bases que regirán su convocatoria número 23 y que incluyen una fundamental transformación del certamen por iniciativa privada más antiguo de América Latina, pues se celebra desde 1964, siempre auspiciado por el Grupo León Jimenes.
El hecho ha causado honda repercusión en los medios intelectuales dominicanos por dos razones: primero, se trata del concurso artístico más prestigioso en el país; y segundo, el anuncio se produce en medio de enconados debates en torno a las posibles falencias de los concursos artísticos en el país, a los que casi todos acusan de haberse desfasado con respecto a las necesidades que plantean las artes visuales dominicanas del momento.
Ya sabíamos que el equipo de especialistas del Centro León venía desplegando una minuciosa investigación en torno a la capacidad del concurso para dar respuesta a las exigencias que plantean las artes visuales nacionales de hoy. No era posible mantenerla en secreto pues esa investigación incluyó entrevistas con artistas, críticos, galeristas, investigadores, gestores, periodistas culturales, etc. El pasado día 20 de octubre supimos además que esa indagación tomó dos años y había contado con la asesoría de destacados especialistas nacionales e internacionales.
El nuevo formato que ahora ostenta el concurso puede considerarse muy renovador, pero más que detenernos en los detalles de carácter organizativo, que ciertamente satisfacen las más importantes demandas que habían hecho por años los artistas, deseamos examinar las que consideramos virtudes esenciales en el diseño que nos propone el XXIII Concurso de Arte Eduardo León Jimenes: 1. Ha transparentado sus objetivos, pues admite que su foco de atención cae sobre el arte contemporáneo.
2. Se hace más inclusivo.
Por primera vez pueden participar todas las manifestaciones de las artes visuales dominicanas.
3. Se concentra más en el estímulo a los procesos artísticos que en la premiación de las obras de arte terminadas.
Con esto, se pone a tono con el arte más renovador de la actualidad, caracterizado por su procesualidad, e influye de manera directa en el desarrollo de las artes nacionales, aunque mantiene las puertas abiertas para aquellos creadores que deseen participar con obras terminadas.
4. Hace crecer su componente formativo, al incluir la modalidad de acompañamiento a los artistas en el proceso de creación de sus obras. Para cualquier creador cuyo proyecto sea seleccionado para el salón, ese proceso de creación podrá ser una experiencia inolvidable.
5. Permite que, a la hora de premiar, el jurado tome en cuenta no solo los valores intrínsecos de una obra, sino también la trayectoria de su autor y los criterios estéticos esenciales que este quiso expresar a través de su trabajo.
6. Amplía las posibilidades de participación de los artistas más jóvenes, al permitirles argumentar su obra o proyecto, dejando que sean el talento y la fuerza creativa los que resulten determinantes.
7. Ofrece una premiación más justa y amplia. Ahora, los diez artistas cuyos dossiers sean seleccionados para el salón ya estarán siendo premiados, pues sus obras se exhibirán en una suerte de exposición colectiva que de seguro tendrá los estándares de calidad acostumbrados en el Centro León.
Si a esto sumamos que la premiación del salón no solo incluye tres galardones igualitarios de medio millón de pesos, sino también la posibilidad de otorgar becas y residencias creativas, entonces hay todos los fundamentos para esperar que desaparezcan esta vez los molestos premios desiertos y que pocos entre los diez creadores seleccionados se queden sin al menos algún galardón.
8. Permite a los artistas presentarse al concurso a través de un dossier y, por tanto, no tener que invertir en la realización de su obra sin saber si esta será seleccionada. Solo los artistas que sean seleccionados tendrán que hacer esa inversión. La ayuda que el Grupo León Jimenes promete a esos artistas seleccionados para la creación y transporte de las obras hasta el Centro León podría considerarse, de hecho, un premio más.
Pero las cosas no quedan ahí. El Centro León ha informado que su propósito es convertir a mediano plazo el Concurso de Arte Eduardo León Jimenes en un fondo concursable al cual los artistas, críticos, curadores, investigadores, etc., podrán presentar sus proyectos. Así, el objetivo final es abarcar todo el sistema artístico nacional.
Aunque no estamos aún en condiciones de decir ahora si esa es la respuesta que precisan las artes visuales en la República Dominicana, sí podemos admitir que es una respuesta valiente y lúcida, que apuesta por el futuro.
CAMBIOS QUE REGIRÁN EN LO ADELANTE
Principales cambios en el formato del XXIII Concurso de Arte Eduardo León Jimenes:
• Se concursa con propuestas de obras y proyectos, no con obras físicas.
• Admite obras en todas manifestaciones de las artes visuales contemporáneas.
• Hay un solo jurado, que selecciona a los artistas para el salón, acompaña la creación de las obras seleccionadas y otorga los premios.
• El salón del concurso solo incluirá obras de hasta diez artistas seleccionados por el jurado entre los que envíen dossiers.
• El Grupo León Jimenes ayudará al financiamiento para la realización de los proyectos y su traslado hasta el Centro León.
• De las obras expuestas en el salón, el jurado escogerá tres premios de medio millón de pesos y, además, se anuncian premios especiales consistentes en becas, residencias artísticas, etc.
f/listindiario.com
El concurso de arte E. León Jimenes mira hacia el futuro
sábado, noviembre 28
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