Milagro en Ocoa

viernes, octubre 24


Camilo Venegas
Escritor.
camilo.venegas@newlinkcorp.com
A diferencia de los demagogos tradicionales, el sacerdote nunca dio una dádiva ni prometió maravilla alguna. El único milagro comprobado del padre Quinn es que enseñó a la gente a trabajar
En el Premio Brugal Cree en su Gente 2008 se le rindió un homenaje póstumo al padre Luis Quinn. En un breve documental se presentó la labor comunitaria y pastoral del sacerdote irlandés en San José de Ocoa. Cuatro décadas de una trayectoria incansable no caben en unos pocos minutos de imágenes, pero los testimonios fueron suficientes para regalarnos una moraleja.

Cuando Luis Quinn llegó a Ocoa, encontró una comunidad invadida por la abulia y vencida por la escasez de esperanza. A los pocos meses ya había logrado movilizar a la mayoría. Agricultores, comerciantes, comunicadores… todos decidieron creer en el padre y seguirlo.

Cuentan que cuando Luis Quinn estaba gravemente enfermo, se puso de pie de un golpe y dijo que no se quería morir, que sólo en este mundo él podía seguir trabajando y haciendo cosas por Ocoa. A diferencia de los demagogos tradicionales, el sacerdote nunca dio una dádiva ni prometió maravilla alguna. Su único milagro comprobado es que enseñó a la gente a trabajar.

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